Las Comunidades Energéticas se han convertido en una de las piezas clave de la transición energética europea. Su creación responde al compromiso de fomentar un modelo más descentralizado, participativo y sostenible de generación y consumo energético, en el que la ciudadanía, las pymes y las administraciones locales desempeñan un papel protagonista.
En este artículo analizamos qué son las comunidades energéticas, cómo se crean, cuál es su marco regulatorio actual en España y qué papel juegan en los objetivos de sostenibilidad impulsados por la Unión Europea y el Gobierno de España.
¿Qué es una Comunidad Energética?
Una Comunidad Energética es una entidad jurídica que permite a sus miembros —ciudadanos, empresas, entidades públicas o asociaciones— participar de forma conjunta en actividades relacionadas con la generación, distribución, consumo o almacenamiento de energía, especialmente de origen renovable.
Su finalidad no es tanto el beneficio económico, sino la mejora del entorno social, ambiental y energético del territorio en el que se implantan. En esencia, las comunidades energéticas promueven un modelo más democrático y colaborativo de gestión de la energía.
Base legal y marco normativo en España
El marco jurídico de las comunidades energéticas en España está directamente vinculado con la normativa europea. Los textos clave son la Directiva (UE) 2018/2001 sobre el fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables (conocida como RED II) y la Directiva (UE) 2019/944 sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad.
Ambas directivas establecen la figura de las Comunidades de Energías Renovables (CER) y las Comunidades Ciudadanas de Energía (CCE), otorgándoles derechos para generar, consumir, almacenar y vender energía, así como para acceder a redes y participar en mercados energéticos.
Transposición al ordenamiento español
En España, la trasposición de estas directivas se ha materializado en distintas normas, entre las que destacan:
- Real Decreto-ley 23/2020: introduce medidas para impulsar la transición energética y las comunidades energéticas locales.
- Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030: reconoce explícitamente a las comunidades energéticas como actores fundamentales en la generación distribuida.
- Estrategia Nacional de Autoconsumo (2022): refuerza el papel de las comunidades locales en la gestión del autoconsumo colectivo.
- Guía del IDAE para el desarrollo de Comunidades Energéticas (2023): establece directrices técnicas, jurídicas y financieras para su implantación.
Proceso de creación de una Comunidad Energética
La creación de una Comunidad Energética implica una serie de fases que combinan aspectos técnicos, jurídicos y organizativos. A continuación, se resumen los principales pasos:
1. Identificación del grupo promotor
El primer paso consiste en reunir a los actores interesados: vecinos, empresas locales, ayuntamientos o cooperativas. Este grupo inicial define la motivación del proyecto (ahorro, sostenibilidad, independencia energética, etc.) y su ámbito geográfico.
2. Definición del modelo jurídico
Una Comunidad Energética puede constituirse bajo distintas figuras jurídicas: cooperativa, asociación, sociedad limitada o consorcio público-privado. La elección dependerá del tamaño del proyecto, su gobernanza y los objetivos sociales y económicos.
3. Estudio técnico y viabilidad
Se analizan los recursos energéticos disponibles (solar, biomasa, eólica, etc.), el consumo de los participantes y la infraestructura de red. A partir de ahí, se define el modelo de generación (autoconsumo colectivo, microred, almacenamiento, etc.) y su rentabilidad.
4. Legalización y tramitación administrativa
El proyecto debe cumplir con los requisitos técnicos establecidos por el Operador del Sistema (REE) y las distribuidoras, además de obtener las licencias municipales y permisos ambientales necesarios. La Comunidad se inscribe posteriormente en el registro correspondiente del IDAE o la comunidad autónoma.
5. Puesta en marcha y gestión
Una vez operativa, la comunidad debe establecer mecanismos de gestión transparente, participación democrática y distribución equitativa de beneficios. La figura del gestor energético o agregador puede ser clave para optimizar la demanda y coordinar el consumo.
Ventajas y beneficios de las Comunidades Energéticas
Las comunidades energéticas aportan múltiples beneficios económicos, sociales y medioambientales. Entre los más destacados:
- Reducción del coste energético mediante el autoconsumo compartido y la gestión eficiente de la energía.
- Independencia y resiliencia energética frente a las fluctuaciones del mercado eléctrico.
- Desarrollo local y generación de empleo verde en municipios rurales y zonas de reto demográfico.
- Fomento de la sostenibilidad y reducción directa de emisiones de CO₂.
- Participación ciudadana en la toma de decisiones energéticas, fortaleciendo la cohesión social.
El papel de Noba Energía en el impulso de las Comunidades Energéticas
Desde su experiencia en el mercado eléctrico y su papel como representante directo de productores y consumidores, Noba Energía participa activamente en el desarrollo y asesoramiento de comunidades energéticas en toda España.
La compañía ofrece soporte técnico, jurídico y operativo para la constitución de comunidades, la integración del agregador energético y la gestión eficiente de la demanda eléctrica. Además, Noba Energía impulsa proyectos enmarcados en zonas de Transición Justa y Reto Demográfico, contribuyendo a la revitalización económica y social de los territorios.
Conclusión: hacia un modelo energético ciudadano
Las comunidades energéticas representan un cambio estructural en la forma en que producimos y consumimos energía. Su marco regulatorio avanza hacia un sistema más abierto, participativo y sostenible, en el que la energía deja de ser un producto para convertirse en un bien común.
En Noba Energía creemos firmemente que el futuro del sector pasa por empoderar a las personas y los territorios, garantizando una transición energética justa, inclusiva y eficiente. Las comunidades energéticas son, sin duda, el corazón de ese futuro.
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